Concursos de cuentos “Los pioneros”

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SERIE ESPECIAL
DE ACUERDO A SU CREADOR, EL PREMIO CASA DE TEATRO ES EL PRIMER CONCURSO DE CUENTOS IMPORTANTE Y SERIO DE LA LITERATURA DOMINICANA

Indhira Suero
Los concursos de cuentos en República Doiminicana se remontan al siglo XIX y principios del XX, con el apoyo de publicaciones como “Blanco y Negro”, “La cuna de América”, y “Revista Ilustrada”.
En ese entonces, los cuentos premiados se publicaban en la sección “Lunes del Listin”, de este mismo periódico.

Luego de la iniciativa de autores como Virgínia Elena Ortea (primer premio del certamen 1899 con la obra “En tu glorieta”);José Ramón López (accésit al primer premio 1898 con “El loco”); Rafael Justino Castillo (“Honor Campesino”, 1899);Enrique Apolinar Henríquez (“Tindito”, 1916), entre otros la premiación a la narrativa breve en República Dominicana tomó varios caminos.


Cuentos en Casa de Teatro
Comenzó, como todo en la vida, por visionarios y mecenas. Un joven inquieto decidió, junto a un grupo de amigos, crear un concurso en el que se distinguieran relatos escritos por dominicanos.
Luego, ese “muchacho” quiso fundar una “Casa” que albergara literatura, música, artes.

Ese joven era Freddy Ginebra; el grupo fue “La Máscara”; el concurso: “Cuentos en Casa de Teatro”; las obras muchas. De acuerdo a Ginebra, varios de los grandes cuentistas del país se iniciaron en el concurso.

Su génesis
El patrocinio del Grupo León Jimenes fue decisivo. El evento se comenzó a gestar luego de salir de la dictadura de Trujillo y de haber enfrentado a los marines estadounidenses en la “Guerra de Abril”: “Era la gran oportunidad después de muerto Trujillo, como un volcán en erupción”, asegura Ginebra.

En 1974, luego de diez años en “La Máscara”, Ginebra toca las puertas de León Jimenes y funda Casa de Teatro, con lo que se oficializa el “Concurso de Cuentos” que se mantiene hasta hoy dia.

“Tuvimos la oportunidad de contar en nuestros inicios con jurados como Juan Bosch, Pedro Mir, Héctor Inchaustegui, Virgilo Díaz Grullón, lo que nos llena de orgullo. Durante la dictadura, la gente no escribía ni concursaba, alguna que otra institución hacia concursos pero muy esporádicamente, es por eso que me resultó difícil conseguir jurados, recibimos 700 manuscritos en la primera edición”, afirmó Ginebra.

Algunos ganadores
Para Aquiles Julian, distinguido en 1982 y 2007, el evento representa, “uno de los escasísimos recursos que permiten al narrador proyectar su obra sin que dependa de su bolsillo. Los concursos siempre son beneficiosos. Obligan a trabajar el texto, porque se quiere ganar. Sacan lo mejor de uno. Y, si somos favorecidos por el jurado, podemos vivir satisfacciones gratificantes y ganarnos un dinero que para algo ayuda.

Además, los cuentos salen publicados sin que la erogación sea del autor”. De acuerdo a Ligia Minaya, autora de “No lo hice por maldad”, mención de honor en 1988 y “Un abuelo Impropio” y “Llanto de Cactus en el Noche Interminable” primer y segundo lugar en 1999 ,“los concursos tienen sus pro y sus contra, sus jurados imparciales y los que se dejan llevar por preferencias y nombres famosos, pero me parecen buenos como una forma de hacer que una, para terminarla, ponga punto final a su obra. Las novelas, cuentos, poemas, se quedan durante mucho tiempo dando vueltas en las gavetas y si una quiere ponerse las pilas para terminar, nada mejor que la fecha de un concurso”.

Una palabra, internacionalización
Hace diez años, el Concurso de Cuentos de Casa de Teatro decidió internacionalizarse, marcando, con este paso, un antes y un después en la historia de la narrativa breve en República Dominicana.

De acuerdo a su creador, no se podía tener miedo a lo que se hacia en otros países. “Varios autores dominicanos habían ganado en el exterior y sentí madurez en los escritores, ya podíamos competir”.

Para Ginebra este paso significó tumbar las barreras que dividen a los pueblos, ampliar los horizontes y empezar a competir con cuentistas de los demás países. “Naturalmente habría que emplearse más a fondo porque era gente con más tradición de cuentos pero, como quiera, muchos dominicanos siguen obteniendo laureles.

Roberto Marcallé, ganador del Concurso de Cuentos de la Sociedad Renovación en Puerto Plata, afirma que ante la internacionalización los escritores deben enfocarse en la preparación, “conocer su condición de escritores, examinar los géneros, no precipitarse y leer mucho, los ayudaría a tener la capacidad de competir”.

Sobre la posibilidad de que la diferencia en la preparación de los competidores de otros países con tradición literaria, sea una desventaja para los escritores del país, Ginebra asegura que el autor que gana en este concurso sabe que compitió con el mundo.

“Debemos dejar de vivir en la salsa de la mediocridad, necesitamos mayores oportunidades y exposición”, afirmó.

Manuel Llibre, mención honorifica por su cuento “Anatomía de un desmayo”, asegura que la internacionalización le hace mucho daño a los concursos dominicanos que tienen por objetivo promover el trabajo de los autores nuevos.
“Con Casa de Teatro hizo que muchos escritores se desencantaran porque todo el tiempo ganaban argentinos, mexicanos, etc”.

¿Se escribe en Quisqueya?
En sus inicios el concurso se enfrentó con el reto de autores que repetían cada año. Pedro Peix, Arturo Rodríguez Fernández y Armando Almánzar, ganaron varias veces, por lo que se estableció un límite de cinco años para poder presentarse de nuevo.

La participación de autores varía en cada edición y surgen nuevos nombres.  “Hay años que tenemos una afluencia tremenda y otros no”, declara Ginebra.

Detrás de todo concurso, hay grandes mujeres
Relegadas hace pocos años a trabajos domésticos, las mujeres día a día ganan su espacio.

En el caso de la literatura en República Dominicana, a pesar del machismo imperante, muchas autoras se han destacado en áreas como la novela, ensayos y poesía.

En el concurso de cuentos la participación femenina se ha hecho notar -aunque los hombres encabezan las listas de premiados- con trabajos de mujeres como Ligia Minaya, Angela Hernández, Jeannette Miller y Ariadna Vásquez Germán.

Para Jeannette Miller, ganadora del Premio Nacional de Literatura 2011 y tercera mujer que obtiene este premio en el país, participar en el concurso marcó el inicio de su carrera. “Envié mis primeros cuentos y no quería enseñarlos porque me daba miedo que vieran lo que había escrito, pero obtuve la mención honorífica con “Macho Blusa” y luego de ahí publiqué mi primer libro “Cuentos de Mujer” e incluí ese primer cuento”.

De acuerdo a la autora, quien luego obtuvo el Premio Nacional de Cuentos José Ramón López con “A mi no me gustan los boleros”, las mujeres forman parte de una vanguardia; han escrito novelas, libros, cuentos y ya ocupan un lugar importante en la literatura dominicana”.

Momentos
Después de más de tres décadas, la premiación debió haber pasado por momentos excelentes y otros no tan agradables. Pero para su creador no existe tal cosa: “El que viene ha sido el más bueno, es un reto permanente incentivar a escribir”, asegura.
Una experiencia no tan agradable representó el cambio de patrocinador “este año estuvo a punto de desaparecer por la ausencia del Grupo León, a quién le agradecemos por todo el tiempo que estuvieron con nosotros”, expresó Ginebra. Este año, la premiación estrenó patrocinadores como Falcombridge, Mercasid y Diario Libre.

Otros concursos
Luego de que Casa de Teatro instituyera la práctica de realizar concursos de cuentos, otros de su tipo han surgido.
“Los concursos de Radio Santa María y el Ministerio de Cultura son ejemplos de premiaciones posteriores a nosotros. El escritor tiene más ventajas y oportunidades, ojala hubieran cientos, aseguró Ginebra.

Autores como Aquiles Julian afirman que esta situacion provoca “una cierta actitud de aficionado, un descuido que perjudica al escritor. «Además, los cenáculos de autobombos abundan, los apa
ndillamientos y las animosidades en temperamentos por lo general excitables y propensos a ridículas peleas por nombradías que nada significan para la sociedad, hacen que la vida literaria se torne, muchas veces, ingrata. Sólo los concursos permiten que el talento se mida con otros y busque refulgir. Gracias a Dios que existe Casa de Teatro y su concursos, Ojalá otros abran”.

Texto original: http://www.listindiario.com.do/ventana/2011/2/4/176192/Concursos-de-cuentos-Los-pioneros