El amor… ese falso

Dulce del Socorro Soriano de la Rosa (conocida como La Malona por los tigueres de su barrio y de tres barrios más) dice que las flores solo sirven para los muertos y que con eso no se come “ni se puede comprar una pinta bien bacana”. Por ese motivo, queridos negritos, cuando el alemán que se consiguió “mientras paseaba por Boca Chica” le llevó a la puerta de su casa un arreglo de rosas y claveles y le dijo “Ich liebe dich” (Te amo), nuestra querida Malona le dijo “que se cuidara” y que le llevara el regalo a su madrina en Alemania. La sorpresa del alemán fue tal que dejó el ramo en la basura y se fue rascándose la cabeza, preguntándose qué debía hacer para conquistar a su damisela. Mientras el “rubio” se alejaba de su puerta La Malona pensaba que no podía haber hombre “más palomo” que ese y que tendría que dar otro viaje a Boca Chica para ver, si, de esa forma, encontraba a su príncipe encantado.

Nuestra querida protagonista no perdía la esperanza de que algún día apareciera frente a su puerta un rubio, que la sacara de la miseria en que estaba y la pusiera a valer porque, como le habían dicho antes, “tu estas demasiado buena, mami, como pa’ desperdiciarte en ese barrio”. En lo que La Malona maldecía a San Valentín por mandarle a un alemán tan palomo, éste se había asesorado con varias personas que le “dieron los trucos” para conseguir a su amada. Lo primero que hizo fue llevarle cinco pica pollos y 10 cajas de cerveza para que repartiera con su familia; después le llevó una serenata de canciones de amor que la dejaron encantada, ya que entre ellas estaba su favorita, la que dice “que yo tengo pa’ la lipo y a ti tu chicho te incomodan, cero goga… que le gusto a tu marido ve comprándote la soga, cero goga… que mi flow a ti te quilla y mi brillo te sofoca, cero goga”. Luego de estas demostraciones de pasión, el alemán la llevó a Villa Consuelo a comprarse toda la ropa que quería.

Nuestra Malona quedó encantada, de sus ojos salían lágrimas de felicidad, al fin había conseguido a un hombre así de romántico.

Texto original: 
El amor… ese falso