Juan Gabriel Vásquez, escribir en otra tierra

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Indhira Suero
Santo Domingo

¿FUE LA VIDA, LA REBELDÍA O LA VOCACIÓN DE NO DARSE POR VENCIDO LO QUE LE MOTIVARON A ACERCARSE A LA LITERATURA? 
No tengo memoria del día en que me “acerqué a la literatura”, tal vez porque crecí con libros, rodeado de libros, en una casa donde leer novelas era un placer cotidiano.
Ahora bien, sí fue una vocación muy fuerte lo que me hizo dejar la carrera de Derecho e irme de mi país para dedicarme a escribir libros.
Una vocación como la mía es problemática, porque me ha obligado a eliminar sin miramientos todo lo que me estorbe, y eso no siempre es bueno.

¿QUÉ QUEDA DE AQUEL JOVEN QUE ESTUDIÓ DERECHO EN LA UNIVERSIDAD DEL ROSARIO, CON GRANDES SUEÑOS DE JUSTICIA SOCIAL?
Bueno, queda un afán por entender el mundo. Ya he dicho en otra parte que escribo porque me irrita o me entristece el desorden del mundo y he encontrado que en la ficción el desorden tiene algo de sentido.
Pero yo no creo que sea muy distinto del estudiante de Derecho: soy alguien que concibe el mundo a través de relatos, los que me cuentan y los que cuento yo.

¿PARA USTED LA PALABRA EN FORMA DE LITERATURA PUEDE CONTRIBUIR A LA JUSTICIA SOCIAL CON IGUAL RIGOR QUE LAS PALABRAS EN LAS LEYES?
No, de ninguna manera. La literatura no contribuye a la justicia social, y cuando trata de hacerlo, suele producir libros insoportables, pretenciosos, maniqueos y llenos de mensajes baratos. La literatura hace algo mucho más interesante: construye nuestra comprensión de lo humano. Construye nuestra fascinación por el otro, nuestra capacidad de vivir en la piel del otro.

COMO ESCRITOR LATINOAMERICANO, ¿CUÁL HA SIDO LA EXPERIENCIA DE INCURSIONAR EN OTROS MERCADOS LITERARIOS? ¿CREE USTED QUE EL MERCADO DEL LIBRO IMPRESO EN AMÉRICA LATINA CADA VEZ SE REDUCE MÁS?
No, no lo creo. Se reduce en algunos países, como Colombia, donde acaba de desaparecer una de las editoriales más tradicionales: Norma.
Y se reduce en Venezuela, en Nicaragua o en Ecuador, donde los gobiernos sienten por la cultura un desprecio total, y además se enorgullecen de eso. Pero en otros países, como México o Chile, hay una vida universitaria y editorial en donde el libro sigue muy vivo.

USTED DICE QUE “NO HUBIERA SIDO ESCRITOR SI ME HUBIERA QUEDADO EN MI PAÍS”, ¿A QUÉ SE REFIERE? ¿ES TAN DURA LA REALIDAD EN COLOMBIA?
No es eso. Siempre he tenido la sensación abstracta, imposible de comprobar científicamente, de que necesitaba salir para ser el tipo de escritor que quería ser, de que en otro país podía poner a prueba mi vocación y además enriquecerme con la experiencia y las lecturas que necesitaba.
Además, necesité alejarme para descubrir cómo escribir sobre Colombia: es algo que tardé mucho en lograr y que no hubiera logrado sin la distancia, tanto la geográfica como la temporal. El alejamiento es bueno, la experiencia que se gana con el desarraigo es buena.

¿CÓMO SURGE LA IDEA DE LA NOVELA “EL RUIDO DE LAS COSAS AL CAER”?
No tuve una idea abstracta, no trabajo así. Hubo una imagen y me puse a perseguirla: fue algo que vi cuando estudiaba Derecho y, mortalmente aburrido de la carrera, me iba a un centro cultural vecino a oír viejas grabaciones de poesía. Uno de esos días el hombre que estaba sentado frente a mí, con sus propios audífonos y oyendo sus propias cosas, comenzó de un momento a otro a llorar de forma desesperada.
Eso me impresionó mucho. Luego lo olvidé y así pasaron muchos años, hasta que lo volví a recordar en el verano de 2008. Me pregunté quién era ese hombre, qué estaba escuchando, por qué lloraba. Y de ahí salió el personaje de Ricardo Laverde.
Sabemos que el episodio del hipopótamo que se escapa del parque de atracciones del capo Pablo Escobar ocurrió así.

¿HAY OTROS HECHOS REALES RECREADOS EN SU NOVELA?
Por supuesto: es una novela sobre las cosas muy reales que pasaron en Colombia durante la vida de mi generación, que es la nacida a principios de los 70. No sólo es real el narcotráfico, sino que es real el miedo (espero) y las otras emociones que se exploran en la novela. Y de ellas habla la novela. También es real la presencia de los Cuerpos de Paz de Estados Unidos en el surgimiento del narcotráfico, aunque nunca antes haya sido tratado en una novela y sólo de manera indirecta en la historia. Todavía es un tema tabú, creo.

¿QUÉ IMPORTANCIA TIENEN LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS PARA UN ESCRITOR DE ESTOS TIEMPOS?
Las “nuevas tecnologías” le facilitan al escritor todo lo que no tiene que ver con la literatura. Lo que de verdad importa, la invención de una historia y su redacción en un lenguaje determinado, es tan difícil como ha sido siempre. No sé, a mí no me interesan demasiado las cosas como Facebook o Twitter o el libro electrónico.
No tengo nada de eso y es más, me parece una pérdida de tiempo para alguien tan obsesivo como yo. Así que las mantengo a distancia.

¿QUÉ PLANES RONDAN LA CABEZA DE JUAN GABRIEL VÁSQUEZ, LUEGO DE “EL RUIDO DE LAS COSAS AL CAER”? Escribir otro libro, por supuesto.
Ya me está devorando la siguiente novela, pero he descubierto que es bueno dejar pasar un tiempo (dedicado a leer, a viajar) antes de ponerme a escribir. Y comienzo a pensar en volver por un corto tiempo a Bogotá. La razón, originalmente, no tenía que ver con la literatura.
Pero ahora, con este libro que llevo dentro, eso ha cambiado. Los caminos de la ficción son inescrutables.

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BIOGRAFÍA DEL ESCRITOR

Juan Gabriel Vásquez nació en Bogotá en 1973. Es autor del libro de relatos “Los amantes de todos los Santos” (Alfaguara 2001) y de dos novelas. “Los informantes” fue elegida en Colombia como una de las novelas más importantes de los últimos veinticinco años y fue finalista del Independent Foreign Fiction Prize en el Reino Unido. Historia secreta de Costaguana ha obtenido el premio Qwerty a la mejor novela en castellano (Barcelona), el premio Fundación Libros & Letras (Bogotá).

Ha traducido obras de John Hersey, Víctor Hugo y E. M. Forster, entre otros, y su labor periodística también es destacada: Vásquez es columnista del periódico colombiano El Espectador, y ganó el Premio de Periodismo Simón Bolívar con “El arte de la distorsión”, ensayo incluido en el libro del mismo título. También es autor de una breve biografía de “Joseph Conrad, El hombre de ninguna parte” (2007). Sus libros están traducidos a catorce lenguas. 

Texto original: http://www.listin.com.do/ventana/2011/11/18/211436/Juan-Gabriel-Vasquez-escribir-en-otra-tierra