​¿Qué nos hace dominicanos?

Más allá de ser un pueblo alegre y amante de las fiestas, hay muchos detalles que nos hacen especiales. Porque, detrás de todos los problemas y las fallas que tengamos como nación, existe un sentimiento que nos hace diferentes a los demás países del mundo.
No solo el merengue, la bachata, el mangú o las habichuelas con dulce nos caracterizan como pueblo también tenemos ese calorcito que nos hace pasar las penas con una sonrisa de oreja a oreja y que nos ayuda a enfrentar la vida con alegría.
Ser dominicano no tendría una definición en específico porque podríamos caer en riesgos de estereotipos. No puedo decir que todos los dominicanos somos amantes de la pelota, o que todos sabemos bailar bachata a la perfección. Mucho menos que en nuestro territorio de 48,311 kilómetros cuadrados todo el mundo sabe preparar un buen sancocho o un vaso de morirsoñando.
No, pienso que lo que nos hace ser dominicanos está dentro de cada uno de nosotros y tiene mucho que ver con el resultado de tres culturas (taína, española y africana).
El ser dominicano está muy relacionado con todas las singularidades que ocurren en nuestro país, con disfrutar de un buen plato de arroz, habichuela y carne
 (¿y por qué no un poco de concón?) en compañía de algún vecino amigable mientras se mira al futuro con esperanza.