Tambora, güira y acordeón

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“Tatico” toca la tambora en un grupo de perico ripiao’ que anda el Conde de arriba a abajo detrás de un gringo que esté dispuesto a pagarle a cualquier morena que le haga caso una serenata al estilo típico dominicano.
Mientras la tambora de “Tatico” toca un “tun, tun, tun”, el acordeón de su amigo “Papolo” toca un “fui fui fui” y la güira del “Rubio”  interpreta un “zas, zas, zas”, nuestro héroe solo piensa en que está loco por dejar eso del perico ripiao’ porque con los pocos chelitos que consigue no le alcanza para mantener a su mujer y a sus cinco hijos.

Y aunque hubo una época en que nuestro querido “Tatico” pensaba que llegaría a ser el mejor tamborero de República Dominicana  y en la que soñaba con llenar el parque Colón en un concierto exclusivo en el que todos los gringos con morena al lado le darían de a 100 dólares, todo eso quedó atrás desde el momento en que nuestro protagonista se dio cuenta que tocando perico ripiao’ nunca llegaría a ser rico.

Por este motivo “Tatico” un buen día se despidió de su familia, con la promesa de que volvería pronto con los bolsillos llenos de billetes y el cuello “full” de cadenas de oro.

Y mientras nuestro “Tatico” se monta como polizonte en el sótano de un barco alemán, lleno de electrodomésticos, lo menos que pensaría es que a mitad de camino lo tirarían al mar.

Y así en lo que se ahoga en las aguas del mar Caribe lo único que escuchará será a su tambora que toca un “tun tun tun”, el acordeón de “Papolo” que toca un “fui, fui, fui” y la güira del “Rubio” que interpreta un “zas, zas, zas”.

Texto originalTambora, güira y acordeón